El éxito de Entrevías en Netflix consolidó a José Coronado como uno de los actores más potentes del thriller ibérico. Su papel como Tirso Abantos, un exmilitar endurecido por la vida y convertido en justiciero de barrio, lo devolvió al centro de la escena internacional. Pero hay otra faceta del actor madrileño, menos conocida y mucho más íntima, que brilla con fuerza en una película olvidada por muchos: Anita no pierde el tren.
La serie española de Netflix con José Coronado y Milena Smit que arrasa en 2025Estrenada en 2001 y dirigida por Ventura Pons, esta comedia dramática catalana es una joya del cine español que ahora puede verse en Prime Video Argentina. Lejos de la crudeza de Entrevías, esta historia ofrece un relato delicado y conmovedor sobre los afectos, el paso del tiempo y las segundas oportunidades.
Una historia sobre pérdidas, rutinas y descubrimientos
Anita no pierde el tren narra la vida de Anita (interpretada magistralmente por Rosa María Sardá), una mujer que tras más de 30 años trabajando como taquillera en un cine de barrio es prejubilada por el cierre del lugar. Sin poder aceptar del todo el fin de una etapa, Anita sigue visitando el solar donde estaba su cine, hasta que un día conoce al hombre que maneja la excavadora: un obrero casado, interpretado por José Coronado.
Lejos de los clichés románticos, la película construye una relación cargada de silencios, miradas y una tensión emocional que apela más al alma que a la pasión. Coronado encarna a un hombre de pocas palabras, pero de presencia profunda, que acompaña a Anita en su redescubrimiento vital.
Coronado, más allá del justiciero
Durante años, la carrera de Coronado estuvo marcada por papeles de galán o roles secundarios que no lograban explotar todo su potencial. Fue recién a comienzos del siglo XXI cuando el actor comenzó a explorar personajes más complejos, como el que interpreta en Anita no pierde el tren. Esta película marcó un punto de inflexión: lo alejó del estereotipo y lo acercó a un cine más introspectivo.
Este tránsito lo preparó para sus grandes interpretaciones en películas como No habrá paz para los malvados, El cuerpo, Contratiempo y, por supuesto, Entrevías. Pero para entender su evolución artística, es clave mirar atrás, y Anita no pierde el tren es una de esas piezas que explican su madurez actoral.
Una joya oculta que vale la pena redescubrir
En un momento en el que las plataformas de streaming priorizan estrenos ruidosos y producciones originales, encontrar una película como Anita no pierde el tren es casi un acto de resistencia cultural. Es una historia pequeña en apariencia, pero enorme en sensibilidad. Un relato que, sin necesidad de tiroteos ni acción, emociona y deja huella.
Si te atrapó Entrevías por la intensidad de su protagonista, esta otra versión de Coronado te va a sorprender. Es el mismo actor, pero en otra clave: más humano, más vulnerable, más cercano. Anita no pierde el tren no solo merece ser vista; merece ser celebrada.